6 de enero de 2015

La Maldición de Malinche



La conquista de México


El mercado de Tlatelolco. Mural de Diego Rivera
Las armas de fuego y los caballos que usaban los hombres de Cortés atemorizaron a las primeras tribus con las que los españoles entraron en contacto. Una de ellas, la de los tlaxcaltecas -pueblo que había sido sometido por el imperio azteca y debía entregarle fuertes tributos-, se alió con las tropas invasoras. El avance de los españoles se vio favorecido por el descontento existente entre los dominados por los aztecas.
El emperador Moctezuma envió embajadores ante Cortés con obsequios de oro y plata para que desistiera de seguir avanzando. Pero esto no hizo más que aumentar la codicia de los españoles.

La llegada de Cortés en 1519 a la capital azteca, Tenochtitlán, fue pacífica. Los aborígenes los recibieron creyendo que podían ser enviados del dios Quetzalcoátl, pero Cortés tomó prisionero a Moctezuma. Poco tiempo después, la matanza de numerosos miembros de la nobleza azteca que realizaron los españoles en el Templo Mayor provocó la sublevación del pueblo, liderado por Cuauhtémoc. Los españoles fueron sitiados y Cortés obligó a Moctezuma a hablar con su pueblo para detener el ataque. Pero la lluvia de flechas y piedras que lanzaban los guerreros aztecas hirieron de muerte al propio Moctezuma y Cortés se dispuso a huir. En la llamada noche triste, los españoles que huían fueron apuñalados y sólo un pocos -entre ellos, Cortés- lograron escapar con los tesoros obtenidos.

Luego las tropas españolas se reorganizaron y, con el apoyo de los tlaxCaltecas, aplastaron sangrientamente la resistencia de los aztecas en Tenochtitlán. Una vez sometida toda la región, el rey Carlos V recompensó al conquistador con tierras y riquezas y nombró a Cortés Gobernador y Capitán General de Nueva España, como se denominó al territorio azteca. A partir de entonces, México se convirtió en uno de los centros del imperio español en América.




Malinche fue la hija de un cacique mexicano entregada a Cortés como esclava. Ella hablaba la lengua nahuatl, de los aztecas, y la maya. Entre los españoles había un sacerdote que había vivido algunos años con un pueblo de lengua maya. Malinche traducía de la lengua azteca a la maya y luego el sacerdote traducía del maya al español. la colaboración de Malinche con los conquistadores de su pueblo dio lugar a una leyenda conocida como La maldición de Malinche, popularizada en una canción mexicana actual que dice: 




Del mar los vieron llegar 
mis hermanos emplumados 
eran los hombres barbados 
de la profecía esperada. 

Se oyó la voz del monarca 
de que el Dios había llegado 
y les abrimos la puerta 
por temor a lo ignorado. 

Iban montados en bestias 
como demonios del mal 
iban con fuego en las manos 
y cubiertos de metal. 

Sólo el valor de unos cuántos 
les opuso resistencia 
y al mirar correr la sangre 
se llenaron de vergüenza. 

Porque los dioses ni comen, 
ni gozan con lo robado 
y cuando nos dimos cuenta 
ya todo estaba acabado. 

En ese error entregamos 
la grandeza del pasado 
y en ese error nos quedamos 
trescientos años esclavos. 

Se nos quedó el maleficio 
de brindar al extranjero 
nuestra fe, nuestra cultura 
nuestro pan, nuestro dinero. 

Y les seguimos cambiando 
oro por cuentas de vidrio 
y damos nuestra riqueza 
por sus espejos con brillo. 

Hoy en pleno siglo XX 
nos siguen llegando rubios 
y les abrimos la casa 
y los llamamos amigos. 

Pero si llega cansado 
un indio de andar la sierra 
lo humillamos y lo vemos 
como extraño por su tierra. 

Tú, hipócrita que te muestras 
humilde ante el extranjero 
pero te vuelves soberbio 
con tus hermanos del pueblo. 

¡Oh, Maldición de Malinche! 
¡Enfermedad del presente! 
¿Cuándo dejarás mi tierra? 
¿Cuándo harás libre a mi gente?


III Aspectos históricos y culturales durante su vida 

Durante la vida de La Malinche, ocurrieron muchos eventos significantes; no sólo para los europeos, además para los aztecas y otras culturas indígenas occidentales. Fue el “descubrimiento” de nuevas tierras por Colón en 1492 que desarrolló la serie de eventos que se llama La Conquista. El rumor del “Nuevo Mundo” causaba mucha curiosidad e intriga entre la gente europea, y por eso, ellos empezaron a explorar el Occidente. 
Durante esta época, la cultura azteca florecía. Tuvo una forma de gobierno autocrático con Moctezuma Xocoyotzin encabezándolo. La capital, México-Tenochtitlán, era una ciudad enorme, con tianguis, pirámides y edificios espectáculos, y una población de casi 300,000[1] personas. La ciudad fue rodeada por el agua de dos lagos localizados en el valle de México. Moctezuma, el noveno monarca mexica, creía ardorosamente en la profecía del retorno del dios Quetzalcóatl, que debería haber regresado en una caña, o ce acatl, en la lengua náhuatl. Esta fecha mítica cayó, por casualidad, en el mismo año que desembarcaron Cortés y sus conquistadores en Veracruz.

La Conquista de México empezó en 1519, cuando Malintzin tenía más o menos catorce años. España había establecido puertos en el Caribe unos años antes, pero no hubo explorado mucho del interior del continente. Con la llegada de Hernán Cortés a México, la faz del Occidente fue cambiado para siempre. Él y sus soldados marcharon rumbo Tenochtitlán, en una campaña bajo el propósito de conquistar todo y enriquecerse; llegaron a la ciudad el 8 de noviembre de 1519. Unos eventos destacados de la Conquista son la Matanza del Templo Mayor, la viruela, la muerte de Moctezuma, y la Noche Triste. La Conquista de México-Tenochtitlán terminó dos años después en 1521. IV Su importancia en la cultura de México

El tema de La Malinche es uno de los más polémicos de todos. Es cierto que sus acciones tuvieron un impacto profundo en la historia de México. Por la mayor parte, su personificación lleva un tono negativo. La Malinche es considerada traidora de la cultura indígena, la madre de los mestizos, y una heroína al mismo tiempo; pero su definición depende en la persona que habla de ella. Hay muchas interpretaciones diferentes que pertenecen a la Malinche. Históricamente, la Malinche representa la clave de la Conquista; pero hay muchos que consideran la Conquista una violación enorme. Recientemente, ha habido esfuerzos para rehacer su imagen, pero ha sido arduo porque casi quinientos años de maldición son difíciles de borrar.

Doña Marina ayudó a Cortés a conquistar México. Sus acciones representan a muchos el gran pecado. Conjuntamente, su nombre es sinónimo de traidor. Un malinchista es una persona que prefiere venderse por lo extranjero. Una persona puede venderse su raíz, su patria o sus morales para ser considerada malinchista. Además, la Malinche dio a luz a Martín Cortés, el hijo de Hernán Cortés. Por esa razón, es considerada la madre de los mestizos aunque hubo otras mujeres violadas durante la Conquista. Con tanto en su contra, sería terriblemente trabajoso cambiar el paradigma.

La autora, Sandra Messenger Cypess, ha notado que han sido muchos los autores que quieren cambiar la manera en que la Malinche es personificada. Cambios sociales en la segunda mitad del siglo XX han traído a luz aspectos diferentes de lo que hizo. No hay otra mujer durante la época de la Conquista que se destaque como la Malinche. Por su sabiduría, tomó una posición fundamental que ninguna otra mujer pudiera haber tomado y hay que reconocerla porque la historia no sería la misma si ella no hubiera participado.








La hazaña de ser un Mexicano

Apunta José Joaquín Blanco al hablar sobre Stendhal[1] que con la “creación de las naciones modernas apareció una idea de la que partieron muchas teorías: el carácter específico y distintivo de cada nación, que era al mismo tiempo glorificación de sí misma y menosprecio de las demás. La esencia nacional, las virtudes nacionales, la aptitud inherente o ‘vocación’ de cada país se presentaron como verdades fijas”.

México, también, creó una esencia nacional a través de postulados asumidos como definiciones de la mexicanidad, construcción que comenzó en 1900 a partir del trabajo de Ezequiel Chávez (“Ensayo sobre los rasgos distintivos de la sensibilidad como factor del carácter mexicano”, 1901. Antes de esto, el México Independiente fue un proyecto criollo) y fue apuntalada en el siglo XX post-revolucionario. Mirarnos al espejo de dicha creación es como mirar a la criatura del Doctor Frankenstein: una identidad amalgamada a partir de un choque traumático entre las culturas prehispánicas y la española. En esta línea, La increíble hazaña de ser mexicano busca no solamente sumarse a la tradición de textos como La jaula de la melancolía o El laberinto de la soledad, sino dar una prescripción: el problema del mexicano es el mexicano mismo y la solución es el abandono a todo lo que nos define:

No es exagerado afirmar que la cultura mexicana es mayormente un cáncer social. Sé que hacer esta afirmación me ganará aún más enemigos y que desagradará a los académicos –formados en la idea romántica de lo popular, como los estudios culturales, que son la extensión de Pedro Infante–, tampoco gustará al pueblo, es decir, a un fantasma patético, esa zona de nuestra falsedad que para no avanzar cada vez se rebaja más. El pueblo es hoy el enemigo número de México.

Para llegar a tal conclusión, Yépez se remonta a un momento histórico, la Conquista, cuyo impacto, de acuerdo al autor, generó una estampa en la psique del mexicano. Esta estampa está formada por elementos disímiles que no han logrado reconciliarse –Bartra lo había dicho antes: lo mexicano es fruto de la contradicción. Así, nuestra historia resulta una historia de rencores, primero a los españoles –abusivos, saqueadores–, luego a los norteamericanos –ladrones, gandallas– y por último, el PRI –todo lo anterior–. El problema, de acuerdo a Yépez, es que esta energía no se ha utilizado para generar ninguna transformación: permanece latente, pero sedada.

De esta manera, los eventos del pueblo mexicano en poco más de dos siglos han impactado seriamente su identidad, donde símbolos y eventos se mezclan en la construcción psicológica del mexicano promedio. Para iniciar su análisis, Yépez hablar la importancia del maíz en las culturas prehispánicas, símbolo, de acuerdo a sus análisis, de la transformación, la búsqueda del pasaje carne – divinidad.

En nuestra civilización –basada en el modelo bíblico–, el hombre tiene una forma definitiva, desde su creación hasta su fin, en ella el hombre permanece idéntico a sí mismo, hay en él una esencia inmutable; para el pensamiento mexicano arcaico, la forma humana era provisional, inconclusa. Su misión era alterarla.

[Me permito una digresión: el modelo del Nuevo Testamento no contempla una forma definitiva. Pedro escribe, en su segunda epístola, sobre la transformación y crecimiento del cristiano  (2ª Pedro 1:5-6). Notas similares se pueden encontrar en Pablo y en otras partes del Nuevo Testamento].

De ahí analiza mayormente el uso del lenguaje para establecer relaciones entre pensamiento y valores –ya la sociolingüística nos había enseñado que el lenguaje es un tipo de comportamiento social–, factores psicohistóricos que impactan “desde lo sexual hasta lo político”, logrando ofrecer una síntesis de nuestra problemática como pueblo:

La conjunción de fuerzas irreconciliadas: dominador y dominado, derivada de la Conquista Española
El apego al pasado y la resistencia al cambio, manifestado por el culto a la muerte (la risa como mecanismo de evasión)
La posesión de la ética perfecta del perdedor: estar jodido es bueno, la pureza está en la pobreza
Una relación insana con la madre por una falta de equilibrio entre la información masculina y femenina
El amor es la única saga que nos obsesiona, todo lo demás no importa
La ironía y la risa son mecanismos para evitar el dolor y la transformación
Lo popular ha sido santificado, anclándose al pasado como un valor deseable cuando, en realidad, representa el modelo que romper
La familia mexicana está rota, en ella viven valores como el machismo y la violencia
La historia está llena de regresiones, vinculadas a los puntos anteriores: el miedo y el apego al pasado
Hay dos puntos que generan suspicacia en cuanto a la validez de los argumentos de Yépez: la falta de rigor al citar la fuente de sus certezas –explicar, por ejemplo, el continuum ascendente que supone era el corazón de la filosofía prehispánica– y la arrogancia con la que comparte sus postulados.

Sospecho que este libro puede contener ideas, perspectivas o planteamientos que parecerán descabellados. (…) Nada de eso me importa. No estoy aquí para agradar a nadie. Estoy convencido de la certidumbre de mis planteamientos. Sé que el tiempo pondrá la razón donde la razón esté depositada.

Sin embargo, Yépez se apresura a desarticular todo tipo de crítica –incluso la mía que llega años después–: “este libro no está dirigido a un interés puramente intelectual. No habrá aquí malabares verbales ni citas eruditas” (pág. 50); “toco este tema porque el choteo a la superación personal de parte de los intelectuales mexicanos es la extensión de un rasgo típico de la cultura mexicana popular, que cree –disculpen, pero es cierto– que es imposible superarse” (pág. 51); “una futura ciencia psicohistórica plenamente desarrollada probará todas estas observaciones” (pág. 67).

Como diría Felisberto, todo esto ha sido previsto: Heriberto es un excelente polemista a quien, paradójicamente, se ha criticado por su falta de apertura a la crítica y sus arrebatos contra la “mafia literaria” del centro del país:

polemista - david miklos

No tengo idea de cómo el lector profesional Yépez se las ingenia para leer “chismes y chistes cobardes” en la evocación que hice de mi trato con Rulfo a principios de la década de los ochentas (que se lee acá) que me parece afable, emocionada y agradecida. Mas el profesor Yépez –que tenía ocho años de edad y vivía lejos– sabrá más que yo de mi propia vida, pues es “pantópico”. En todo caso, me acusa de “cobarde”: término especializado y “biosimbólico” de psicoanalista.

Guillermo Sheridan, El compló de Paz contra Rulfo (de nuevo)

En algunos escritores es difícil separar al libro del autor –”pocos escritores más activos y proteicos”, dijera de él Christopher Domínguez Michael. Yo mismo, tratando de participar en un debate al que no he sido invitado, he escrito un par de notas sobre él aquí y aquí–, lo que puede llegar a nublar la valoración del texto. Pese a las objeciones que pongamos al texto, Yépez transmite un interés sincero por construir un México mejor:

He escrito este libro para los mexicanos del futuro, aquellos que serán la alternativa porque vivirán en una época en que lo único viable será mutar.

O:

Cuando ese hombre nuevo sea alcanzado, las fuerzas del cosmos se abrirán de nuevo para nosotros. Y con esta apertura, las metas psicohistóricas del antiguo mexicano, el hombre europeo y el hombre posmoderno se verán cumplidas: nosotros seremos los otros.

Diría Eduardo Galeano que “a la patria, tarea por hacer, no vamos a levantarla con ladrillos de mierda”. Así, La increíble hazaña de ser mexicano es buen material de construcción, una lectura que obliga a mirarse en el espejo que propone Yépez. Del reflejo que veamos vendrán las acciones en las que Heriberto deposita sus esperanzas.

Colofón

Escrito en 2010, momento en que la atención nacional estaba puesta en el Centenario de la Revolución y Bicentenario de la Independencia, La increíble hazaña de ser mexicano bien amerita una posdata: el impacto –o no– de YoSoy132 y el regreso del PRI al poder son elementos que podrían deconstruirse a partir de las ideas planteadas.

Finalmente, Yépez ofrece un decálogo de como ser un nuevo mexicano el cual, en parte, puede ser leído aquí. Otra reseña interesante puede ser consultada en este link.

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 Blanco, José Joaquí; Retratos con Paisaje, Ensayos de Crítica; Universidad Autónoma de Puebla, 1979.

Nota: esta información hace referencia aun libro, la intención es informar  no hacer propaganda a nadie..



                                                         Link: http://el-anaquel.com/

22 de diciembre de 2014

¿POR QUE LAS AVES NO TIENEN DIENTES?

Resulta cómico (y un poco perturbador) imaginar a las aves con dientes. Sin embargo, no siempre tuvieron el pico liso que conocemos ahora. Hace 116 millones de años, el ancestro común de todas las aves poseía una gran dentadura, de acuerdo con un nuevo descubrimiento.
 
Los pájaros modernos presentan picos y un efectivo tracto digestivo que les permite desintegrar y digerir el alimento.
 
En 1861, el descubrimiento del fósil de una ave Archaeopteryx en Alemania, un género extinto que presenta características intermedias entre los dinosaurios emplumados y las aves modernas, sugirió que tenían una boca llena de dientes afilados.
 
 
 Sin embargo, se desconocía exactamente cómo habían perdido su dentadura estos animales durante su proceso de evolución. Ahora, un equipo de investigadores liderado por el Prof. Mark Springer, de la Universidad de California en Estados Unidos,  examinó los genes de 48 especies de aves para identificar las mutaciones que podrían ser responsables de la pérdida de dientes. En los vertebrados, la formación dental involucra seis genes cruciales para el desarrollo del esmalte (el tejido duro que recubre los dientes) y la dentina (el material calcificado debajo). Los científicos encontraron que todas las especies analizadas presentaban las mismas mutaciones en los genes correspondientes a la formación de esmalte y dentina, sugiriendo que perdieron sus dientes hace 116 millones de años.
Los resultados han sido publicados en la revista especializada Science.
Fuente:
Para saber más visiten:

18 de diciembre de 2014

La doble moral es un antivalor que ensombrece todo el que hacer humano

 
 
Bertrand Russell mantenía que la humanidad tiene una moralidad doble: una moral que predica y no practica y, otra, que practica pero no predica. Así, lo primero que se deduce es la certeza de una manipulación o degradación del concepto de moral pues ya me dirán qué valor tiene al caso la segunda opción sobre la primera cuando recién está el dato, por poner un claro ejemplo, que las crecientes desigualdades socioeconómicas del planeta, las insuficiencias en nutrición y salud del tercer mundo, se solventarían con tan sólo el misérrimo y olvidado 0,7 % de los ingresos anuales del primero (Pacto del Desarrollo del Milenio firmado en el 2000 por 150 países -EEUU y Europa incluidos- y ratificado en el 2002 con igual e improrrogable objetivo).
Pero no he de referirme enteramente a este signo engañoso, a la moral que se profesa en contraposición a la que se dice profesar, sino a las inevitables contradicciones que conlleva tal línea de conducta. El interés mediático que acompaña al aparato pseudo-solidario de la moral al uso -he escrito de ello en otra ocasión- queda al descubierto en demasiados casos como, v.g., la peripecia del pobre Alí --en Irak--, la de las tristemente desaparecidas Ladan y Laleh --en Singapur-- como antes la de las otras dos gemelas, Salma y Samia --en Marruecos--. Alí, el niño abrasado y troceado por un misil en su propia casa, es seguido y morbosamente observado al minuto por benefactores y medios en su dolorosa recuperación hasta el último paso: la implantación de unos brazos ortopédicos en sustitución de los suyos, terriblemente amputados.
A todo esto, muy poco se comenta de Ahmed, tan desmembrado como Alí, que parece no necesitar un idéntico apoyo mediático. Y eso que, en lo que cabe, ambos gozaron de tratamiento pero... ¿qué me dicen de los miles de niños desconocidos y mutilados de toda esta guerra?. Respecto a las infortunadas Ladan y Laleh, que prefirieron morir antes que seguir malviviendo, nadie conoció su sufrimiento antes del circo montado tras su desesperada y fatal decisión.
En relación con Salma y Samia pocos recuerdan hoy que en 1998 fueron pomposa y felizmente separadas del abdomen en Madrid pero, desde entonces, casi nadie se ocupó de financiar otras intervenciones precisas y sin las que apenas sobrevivirán a la niñez. Doble moral, mentira única. Nietzsche dijo que lo peor no es descubrir un engaño sino que eso implica que en adelante seremos incrédulos.





                                 Fuente: http://www.diariocordoba.com

2 de diciembre de 2014

UNA EXPLORACIÓN EN CHERNOBYL: A CASI 30 AÑOS DEL DESASTRE

En 1986, el diseño de un reactor defectuoso maniobrado con graves errores cometidos por los trabajadores de la planta suscitó uno de los peores accidentes nucleares del mundo: el desastre de Chernobyl.

Durante los ocho meses posteriores a la explosión de la central nuclear, 800.000 jóvenes soldados, mineros, bomberos y civiles procedentes de todas las regiones de la antigua Unión Soviética, trabajaron sin descanso para intentar mitigar los efectos de la radioactividad, construir un sarcófago alrededor del reactor accidentado y en definitiva, salvar al mundo de otra probable tragedia.

 La explosión y los incendios causaron una filtración del núcleo radioactivo estimado en el orden de un 5% del corazón del reactor, la contaminación desprendida por este evento llegó al  medio ambiente, siendo así propagada por el viento, expandiendo la zona de contingencia a unos 30 kilómetros (18,5 millas) a la redonda de la zona de exclusión alrededor de la planta y que todavía está en vigor hasta hoy.

49.360 personas que residían en la cercana ciudad de Pripyat tuvieron que ser evacuadas dentro de las siguientes 36 horas después del accidente, en las siguientes semanas hubieron afectadas aproximadamente 70 mil personas que residían en las zonas circundantes durante las semanas siguientes. Hoy la zona cero es un pueblo fantasma, apenas tocado por los seres humanos durante los últimos 28 años.

Ahora, el cineasta británico Danny Cooke nos está permitiendo asomarnos a este lugar misterioso e inquietante con su nuevo cortometraje, que incluye imágenes capturadas por un avión no tripulado que retrata el aspecto sombrío de ese espacio hoy día. Y es bastante angustioso. Échale un vistazo aquí:


Fuente:
http://www.iflscience.com/environment/harrowing-drone-footage-shows-chernobyl-exclusion-zone
Para saber más visiten:
http://www.cbsnews.com/news/chernobyl-the-catastrophe-that-never-ended/

19 de noviembre de 2014

LA TIRANÍA DE LA COMUNICACIÓN


Comunicación contra información

La introducción de los multimedia ha supuesto para Ramonet una auténtica revolución en los campos informativo, comunicacional y económico. El autor habla de la formación de un mercado donde las empresas de informática y comunicación se están fusionando, siendo Internet el más claro exponente de esta nueva red de comunicación mundial. Pero esto conlleva una seria amenaza para los ciudadanos, debido a que existe la posibilidad de ser manipulados mentalmente por los media (término que Ramonet emplea para hablar de los “medios de comunicación de masas”) de forma mucho más sutil y, por lo tanto, en definitiva mucho más peligrosa.

El autor habla también de cómo las empresas de entretenimiento tratan ahora la información como una mercancía, lo que daña su función democrática, que debería ser precisamente la fundamental, y pone como ejemplos de este nuevo marco informativo los casos de la muerte de Lady Di y el escándalo de Bill Clinton y Mónica Lewinsky. Las consecuencias son que la prensa escrita se ha ido convirtiendo progresivamente en “periodismo de revelación” (cuya función es desvelar escándalos, corrupciones y puntos oscuros en la vida profesional o privada de ciertos personajes), senda seguida por un medio como la televisión, pero salvando las diferencias que estos dos medios tienen inevitablemente.

Entramos en una nueva era de información virtual donde son los media los que influyen sobre la información, originándose fenómenos como el mimetismo mediático (cuando un medio da importancia a un tema y los demás medios le siguen, formándose algo parecido a una bola de nieve). La información se convierte además en un mero espectáculo, donde lo que importa es buscar la emoción de la audiencia (hiper-emoción), con lo que esta información pasa a ser aceptada inmediatamente como verdadera.

Todo esto ha provocado un cambio de los principios básicos del periodismo. La información se basa ahora en la ideología del directo y en la importancia de las imágenes, tanto que algo existe si se tienen imágenes sobre ello, y no existe si no podemos mostrarlo de esta manera. La información pierde por tanto en descripción, contextualización, explicación. Esto afecta seriamente a la prensa escrita, que no puede competir con la instantaneidad del directo, algo que sólo pueden ofrecer la radio y la televisión. También se da el fenómeno de que una noticia se convierte en verdadera solamente con el hecho de que sea repetida en los media, ya no es necesario que la información sea contrastada y comprobada su veracidad en fuentes fiables y objetivas.

En definitiva, en el nuevo sistema informativo no es difícil confundir la información y la comunicación. La sociedad en sí es un Estado de información, no son sólo los profesionales de los media. Pero informarse realmente (y para Ramonet esto no consigue simplemente viendo imágenes en televisión) constituye una actividad intelectual que requiere esfuerzo e interés por parte del individuo. La prensa escrita se ha visto arrastrada por la influencia de la televisión y ha perdido por tanto la función principal, que es la de informar correctamente. Por eso corresponde al lector exigir un nuevo y más acertado modelo de recibir la información, y correspondería a los profesionales de los media ofrecérselo.

Prensa, poderes y democracia

La prensa y el poder es un tema de debate que ha existido, existe y existirá siempre. A los tres poderes que Montesquieu diferenciaba se les añadió en su momento un cuarto, la prensa, cuya función debería ser la de juzgar el funcionamiento de los otros tres. Pero actualmente el primer poder es el económico, el segundo el mediático y el tercero el político. Por lo tanto, los media han ido aumentando su influencia. A pesar de todo, un sondeo reciente ha desvelado la desconfianza de los ciudadanos hacia la televisión y la prensa, mientras que la radio conserva un tanto su credibilidad.

En su momento la prensa escrita tenía capacidad para revelar las disfunciones de la política, y el más claro ejemplo lo encontramos en el llamado “caso Watergate”, donde dos periodistas menores consiguieron hacer caer al hombre más poderoso del planeta: el presidente de EE.UU. Richard Nixon. Pero la situación se ha ido transformando con la revolución tecnológica, económica y retórica. El nuevo concepto de información plantea la verdad ligada a la emoción: todo lo que emociona es verdad, existiendo una confusión entre ambos términos. Esta circunstancia ha estado liderada por la influencia de la televisión, y el resto de los medios se encuentran inevitablemente un paso por detrás. Como resultado, la actualidad la marca la televisión, que nos ofrece imágenes de las que no tenemos constancia de que sean verdaderas, pero que buscan provocarnos un determinado sentimiento. El problema es cuando surge la idea de que un acontecimiento siempre se puede mostrar a través de unas imágenes. La información televisada funciona según unos principios que dificultan la ejecución de la igualdad entre información, libertad y democracia.

Para Ramonet existe un nuevo tipo de censura, mucho menos visible, que funciona apoyada en la enorme abundancia de información que se nos ofrece, y que realmente lo que consigue es que no podamos percibir aquello que falta. Pero estos grandes flujos de información son mucho más difíciles de controlar, a diferencia de cuando la información era mucho más escasas y estaba siempre bajo el férreo control del poder.

Ser periodista hoy

Para Ramonet, el sistema informacional puede funcionar sin periodistas, ahora que la calidad de su trabajo ha descendido. Vivimos en plena revolución tecnológica y económica que ha formado una cultura de masas y una comunicación que se dirige hacia ellas. Por eso el concepto de información ha cambiado y está ligada a su superabundancia, rapidez e inmediatez y su concepto de mercancía desligada a los principios éticos. Todos los media intentan poner en contacto al ciudadano con el acontecimiento. Como consecuencia aparece la idea de autoinformación, en la cual el receptor es el testimonio del hecho y lo que ve es lo que comprende, lo cual conduce a la irracionalidad. Otro concepto que se ha transformado es el de la actualidad. Los acontecimientos ricos en capital visual y en imágenes serán actuales simplemente por la imposición de la televisión. Ramonet habla también de un nueva sistema tecnológico que se expresa en bytes (propios de las matemáticas) conformado por la convergencia del texto escrito, el sonido de la radio y la imagen de la televisión. Esta revolución digital ha provocado que ahora sean las máquinas las que realicen las funciones intelectuales de los hombres.

El autor incide en que, en la actualidad, la abundancia de información ofrece menos libertad. Lo que nos interesa de la información es su utilidad, qué es lo creíble y fiable y qué información se nos oculta y por qué. Estamos en un sistema que da más importancia a los valores de la instantaneidad y la masificación que los criterios tradicionales de verdad. El modelo de la información que se va imponiendo es aquél que se basa en imágenes y sonidos. Poco a poco se van universalizando la estructura narrativa y el estilo retórico de los telediarios. Vivimos en una crisis de inteligibilidad porque hay paradigmas que han cambiado: si te comunicas eres feliz y el mercado solo integra elementos rentables.

La mayor preocupación de los periodistas en la actualidad es la desaparición de la ética. La confusión entre comunicación, relaciones públicas e información hace que el periodista exprese una comunicación publicitaria que beneficia a una institución. Según Ramonet, los media deben realizar un autoanálisis si quieren recuperar cierta credibilidad.

La televisión necrófila

Ramonet demuestra por medio de varios ejemplos más o menos recientes cómo un determinado montaje de unas imágenes puede construir un acontecimiento que no ha ocurrido nunca, pero que el telespectador siente e interpreta como real debido a la carga emocional y dramática de las imágenes. La competencia entre los medios de comunicación acrecienta que éstos busquen el sensacionalismo para atraer a la audiencia, siendo lo menos importante la verificación de la información. El poder político conoce esta manipulación y sus efectos y solo los controla en conflictos armados. La revolución de Rumania, por ejemplo, de la que se ofrecieron imágenes completamente manipuladas e informaciones que poco o nada tenían que ver con la realidad, es un ejemplo lógico de esta situación. El hecho de que las informaciones no fuesen veraces careció de importancia ante la necesidad que existía de condenar al comunismo. El hecho confirmó además la importancia de la televisión en un mundo en el que la importancia de la realidad ha quedado desplazada por la puesta en escena.

Ideología del telediario

Los telediarios, como un espacio de televisión que goza de grandes audiencias, son un objeto muy codiciado por el mundo de la política y la publicidad, debido a la gran capacidad que tienen para vender productos e ideas, algo que se apoya en la enorme influencia que los presentadores tienen sobre la opinión pública.

Ramonet recuerda la historia de los telediarios, que nacieron en EE.UU. en 1941, con una emisión regular. A partir del 47, aparecieron ya programas informativos diariamente. El género tuvo su origen cuando la FCC concedió licencias a las emisoras de televisión comercial con la condición de que emitiesen programas informativos regularmente. Las emisoras se dieron cuenta que con el telediario sacarían muchos beneficios y conquistarían a la audiencia de prensa. Su formato ha ido evolucionando: primero era un diario hablado, luego se introdujeron imágenes y por último se han introducido reportajes.

El autor recuerda también la invención del vídeo. El primer magnetoscopio nació en 1957, lanzado por la casa Ampex. El vídeo tuvo muchas repercusiones sobre el telediario, al permitir la emisión en directo. El resultado fue el aumento de la audiencia y la credibilidad de las imágenes. Como consecuencia, en los años 60 y 70, el telediario se convirtió en el rey de la programación, pues a partir de entonces ésta tuvo que amoldarse en torno a este género. Este éxito residía en las técnicas periodísticas específicas. Pero el telediario tiene una serie de limitaciones, como es que tienen que tener una duración máxima de 30 minutos para captar la atención del espectador y debe forzarle a verlo completo. Para cumplir estos dos requisitos, el teleperiodista debe ser breve pero interesante, sencillo (para que toda la audiencia lo entienda) y didáctico. Todo esto hace que el tratamiento que se dedica a los acontecimientos sea demasiado superficial. Las informaciones seleccionadas son simplificadas a frases-claves que insisten en un hecho dominante. El telediario, en definitiva, ofrece la noticia como un espectáculo. La fragmentación de las informaciones, además, provoca que el espectador se distraiga y se entretenga. Como consecuencia, aparecen dos tipos de telediarios: los que ofrecen las noticias muy fragmentadas, como estereotipos, sin explicaciones, y los que tienen secciones que tratan temas con profundidad pero de forma visual.

Pero las imágenes no pueden representar la complejidad de un acontecimiento ni representar hechos serios. Por lo tanto, éstos se basan en lo visual tratando temas superfluos. Como solución han fabricado imágenes de esos hechos serios y llaman a los videoaficionados a que participen. Ramonet menciona además la importancia de las agencias de imágenes, siendo internacionalmente cuatro las que se disputan actualmente el mercado: Visnews (Inglaterra), WTN (Inglaterra-EE.UU.), CBS (EE.UU.) y CNN (EE.UU.). Estas agencias graban imágenes en todo el planeta y luego las televisiones las compran y realizan el montaje. Esas imágenes son universales, apolíticas, énfasis en lo exterior y repetición de los temas.

En definitiva, el telediario tiene la misma estructura que los films de Hollywood en los años 30: el fin es provocar emociones mediante un impacto dramático cada 10 minutos, una secuencia tranquila, con una anécdota divertida. El presentador es la estrella, humaniza y da coherencia a la información. Mucha audiencia decide ver un telediario por su presentador, que es la clave de la credibilidad.

Ramonet habla de tres fases por las que pasa la información audiovisual, cada una con un tipo de retórica de la credibilidad: Primero, en España, el NO-DO, cuya credibilidad la daba una voz anónima en off que comentaba las imágenes. Segundo, el telediario hollywoodiense, cuya credibilidad es el rostro amistoso del presentador. Tercero, los informativos continuos de la CNN, que se basan en la conexión en directo con el acontecimiento.

Ramonet menciona cómo los países del sur no pueden producir sus propias imágenes por su incapacidad tecnológica. En el telediario, el Sur solo existe como escenario de guerras, conflictos, matanzas, o como mero espectáculo publicitario.

El autor profetiza la desaparición paulatina del género del telediario, debido a que la televisión se concentra en aquello que le interesa a la audiencia: la propia televisión. Lo primordial en un telediario son los criterios del espectáculo y de la puesta en escena (rompen con la realidad y la verdad). Todas las imágenes se deben amoldar a estos principios para la emisión en directo y la verdad. El telediario sigue un guión para todo acontecimiento y le da un enfoque verídico. La narración empieza con un reportero que nos dice lo que ha ocurrido y lo contextualiza. Se ofrecen unas imágenes del lugar del hecho. Luego se incluye un testimonio sobre el terreno que explica aspectos del acontecimiento. Por último, el testimonio de una autoridad superior engloba el hecho en un tema general. Las imágenes son dramáticas pero explicadas con una lógica. Ramonet concluye afirmando que cuando un acontecimiento es esperado, programado, la puesta en escena se impone al discurso televisual y al desarrollo del hecho: la puesta en escena modifica el orden de las cosas.

Mitos y desvaríos de los media

Las consecuencias de la función de los medios de comunicación de masas en la Guerra Fría fueron varios.. Por un lado, la frustración de los telespectadores por la insatisfacción de las imágenes de la guerra. La estructura de estas se basaba en la lucha del bien contra el mal como un espectáculo. Se describía en directo y en tiempo real los hechos políticos de forma que el periodista no podía perfeccionar esa información.

Los telespectadores identificaron tres objetos en esta época: la máscara antigás (cuya forma se identifica con el anonimato de los ciudadanos, el recuerdo del pasado y la manipulación de los media), un avión norteamericano (cuya forma condiciona su función) y el Patriot (un misil antimisil cuya función se antepone a su tosca forma). Para Ramonet, el individuo ha ido perdiendo su dimensión cultural. Los Estados prohibieron a los periodistas que tuvieran contacto con la guerra, por lo tanto fueron testigos sin imágenes. Esto provocó una decepción por parte de los telespectadores que esperaban imágenes con violencia, sangre...

La batalla norte-sur en la información

En los años 80 se admitió que los grupos emisores dominantes del Norte habían conquistado el derecho a emitir. Por lo tanto, se rechazaba la idea de que las personas del Sur eran manipuladas por los medios de comunicación del Norte. En los años 90, lo que ya nadie podía negar era que la posición cultural de EE.UU. era superior a la europea. Existe por tanto un claro imperialismo, pues la mayoría de la información (si no toda) proviene de EE.UU., convirtiéndose en el productor de imágenes. Se puede concluir que las información de este productor se inclina hacia sus intereses.

En los 90, la tecnología para la difusión del público está en manos de Japón, Europa es uno de los principales grupos de comunicación, aportando un gran capital, y EE.UU. domina los contenidos y programas. El poder en el campo de la información y comunicación lo constituye esta triada. En la época del neoliberalismo, la información se sitúa en el mercado y se vende a un precio variable según su calidad. Las agencias de imágenes venden esas imágenes a las cadenas de televisión. Una imagen informativa tiene buena calidad si contiene sangre, violencia, muerte y en directo. La triada domina el 90% de la producción de bienes y servicios de información. En el futuro el mercado lo dominarán multinacionales. Las telecomunicaciones interactivas son además actualmente el núcleo de la economía mundial. Se ha conseguido la conexión interactiva entre el teléfono, el ordenador y la televisión. Como consecuencia, las empresas de esa triple conexión se fusionan y al hombre le permite expandir sus 5 sentidos. Pero EE.UU. ha conseguido dominar la televisión de alta definición y por lo tanto domina el mundo de las telecomunicaciones. El mundo audiovisual está sometido a las normas del GATT. EE.UU. se ha convertido en la gran industria cinematográfica que exporta sus films y programas de televisión a su mercado europeo. Europa está difundiendo referencias culturales norteamericanas. Se ha ido tomando la medida de que los films y programas europeos se emitan cuando hay una mayor audiencia.

Las consecuencias de la revolución informática y de comunicación son las megafusiones entre las empresas, las cuales buscan su propio beneficio y el Estado se deteriora. Por otro lado, la libertad de expresión actualmente se denomina libertad e expresión comercial. Con las autopistas de la información la sociedad tendrá libertad para ver lo que quieran y su juicio será el éxito o fracaso del producto en el mercado. El fin que persigue Internet es el intercambio mundial de información. Este objetivo actualmente es una utopía, ya que hay una tendencia a la privatización de las estructuras del ciberespacio. Como resultado los países desarrollados podrán disfrutarlo, pero no así el resto de países. Los dueños de este complejo son superiores al poder político y sus objetivos primarios son el poder económico y el mediático. Si la sociedad mundial se rebela ante las multinacionales, las nuevas tecnologías perfeccionarán la democracia.

Conflictos bélicos y manipulación de las mentes

Ramonet habla de cómo es posible la utilización de los medios de comunicación para originar un conflicto bélico o proporcionar un sentimiento favorable o contradictorio al público. La prensa en un principio utilizó la fotografía para presentar escenas fijas de las guerras. Con la guerra de Cuba y Filipinas, la prensa se movilizó para convencer a la sociedad de que EE.UU. debía intervenir para ayudar a Cuba frente a los españoles. En todos los conflictos bélicos anteriores a la Primera Guerra Mundial, los medios de comunicación tenían total libertad para reproducirla. Con la Gran Guerra, los gobiernos empiezan a controlar los medios de comunicación, los cuales crean un entusiasmo para combatir y crean su victoria próxima. La censura, durante la Primera Guerra Mundial, consistía en la prohibición de dejar entrar al frente a los periodistas. La información venía de unos grupos de oficiales autorizados. Posteriormente, en los años 20, se produjo el nacimiento de la radio, que fue utilizada como un medio de propaganda y desinformación. Lo mismo ocurrió con el cine. Estos dos medios pueden convencer a la opinión pública para que apoye el combate y explica al combatiente por qué lucha. Esta guerras mediáticas han ganado importancia. Una vez aparecida la televisión, este nuevo medio, junto con la radio y la prensa, trabajó para evitar que el comunismo se extendiera a través de la guerra de Corea de 1950-1953. En la guerra de Vietnam se produce una ruptura. Los medios de información en EE.UU. pueden ya ser testigos de la guerra. Estos se negaron a silenciar muchas cosas durante el conflicto, como los abusos del ejército norteamericano, las ejecuciones... Los medios de comunicación denunciaron el comportamiento de sus soldados. La opinión pública no apoyó la guerra y se produjo una desmotivación que supuso un factor importante en la derrota de EE.UU.. Lo ocurrido en Vietnam hizo que el gobierno británico utilizara un modelo de censura distinto en la guerra de las Malvinas. Este modelo se basó en dar una imagen negativa del enemigo, que Inglaterra apareciese como víctima y demostrar así que la guerra era peligrosa para los periodistas, que no podían estar en el frente. EE.UU. utilizó el modelo anterior cuando invadió Granada, pero la jugada salió mal. La televisión denunció al gobierno por no cumplir la norma de libertad de prensa y no dejar que los reporteros grabasen lo que quisieran. En Panamá, en 1989, se utilizó el modelo de las Malvinas, pero las primeras horas de ataque estadounidense no tuvieron importancia precisamente porque en ese mismo momento caía el régimen de Ceaucescu en Rumania. Los medios de comunicación dedicaron su cobertura a Rumania y en la invasión de Panamá no hubo testigos. Por lo tanto se dio el enfoque que el gobierno quiso, sin ser discutido. En la guerra del Golfo, todos los Estados utilizaron el modelo de las Malvinas. Lo que se pretende es dar una versión única y designar al traidor como disidente.

La era de la sospecha

Los ciudadanos sienten que los media no son fiables, son incompetentes y tienen fallos. En los años 60 y 70 se consideraba a la televisión un instrumento de poder que podía controlar las elecciones en beneficio de un partido. La televisión es el núcleo de los media debido a su rapidez. Impone la importancia de lo visual ante el resto de los elementos, siendo lo primero lo controlado ya que tiene mayor impacto.

ramonet recuerda de nuevo que, para él, la censura se basa actualmente en la retención y saturación de la información. La búsqueda de la información ha provocado la reconstrucción de hechos o falsificaciones y también la obtención de una autorización para conseguir unas determinadas imágenes. La información difundida por televisión se convierte en hecho central del planeta, gracias a la nueva tecnología. Llama la atención de todo el mundo y de los media, dejando escapar otros asuntos que son importantes pero pasan desapercibidos, beneficiando a algunos Estados. En la información televisada están de moda las múltiples conexiones. Este modelo obliga a los corresponsales a permanecer cerca de las antenas y no buscar información. Lo importante es comunicar y no informar. La fascinación por el directo ha creado un modelo de telediario y lo importante es cómo cuenta el presentador la información. Este modelo está cambiándose por otro, en el que priman más las imágenes que los comentarios. Como consecuencia el trabajo del periodista se valora menos y tiende a ser testigo. El ciudadano ve que no participa en las conexiones. En los años 70 y 80 se identificaba al periodista como el héroe de la verdad y la democracia. Actualmente, los ciudadanos desconfían de él, a pesar de que se dan cuenta que la TV es un espectáculo y que informarse es conseguir la democracia.

Nuevos imperios mediáticos

Ramonet recuerda que el universo de los media está compuesto por fusiones entre empresas de distintas nacionalidades, que están manos de sólo unos hombres, y cita como ejemplo a Rupert Murdoch. Para el autor, estamos en una sociedad de información global que se desarrolla según la expansión de las tecnologías de la información y de la comunicación. Este desarrollo se aprovecha de los progresos digitales y la interconexión entre la informática, la telefonía y la televisión. Estas empresas quieren extenderse hacia estos componentes. En 1993, en Europa hubo 895 fusiones de sociedades de comunicación. Hay mucha competencia y el fin es absorber a las empresas que tienen un buen puesto en el mercado para adquirir sus conocimientos. Por eso lo importante es el flujo de datos y aquellos ordenadores y telecomunicaciones que lo transportan. Lo que pretenden las empresas de comunicación es ser el interlocutor único del ciudadano.

Las comunicaciones deben circular por todo el planeta sin ningún obstáculo. EE.UU. se encarga de tumbar todos los obstáculos que no permiten la libre circulación de la información. Además abre nuevos horizontes para que navegue ésta. La comunicación es un servicio y se rige por las leyes de mercado. Las telecomunicaciones van aumentando y también su terreno de circulación, con la privatización de las empresas de telecomunicaciones.

En este de mundo de la comunicación hay mucha competitividad y por eso hay una variedad de productos en el mercado. La ambición de las industrias de la información es dominar: contenidos, producción, difusión y conexión con los abonados. Para conseguir lo anterior se fusionan y utilizan la comunicación como mercancía. La información se ha convertido en algo abundante, barata pero contaminada. Por eso los ciudadanos cada vez están más decepcionados con los media, ya que no son fiables ni creíbles. Los media tienden hacia el sensacionalismo, el espectáculo con circunstancias ridículas. Ramonet cita el caso de un periodista alemán que está en la cárcel por falsificar documentales y reportajes sensacionalistas que compraban las cadenas de televisión. Los publicitarios influyen mucho en este asunto: si hay un acontecimiento con unas imágenes sensacionalistas la audiencia aumentará y por lo tanto beneficiará a sus anuncios. Está en duda si la información que nos ofrecen los grupos de comunicación preservan sus intereses ya que la comunicación se rige en un mundo comercial.